jueves, 23 de abril de 2015

Granada

Cuando mi hermana del alma no pudo ir a Granada conmigo porque estaba enferma, decidí ir sin ella. Encontré hoteles con precios decentes con excelentes valoraciones y un autobús que me llevara. Mi viaje en autobús no era un mal presagio. Estaban poniendo la película estadounidense Taken en español. Yo no te puedo decir la cantidad de veces que Kuma, mi madre,  me hizo ver esta película en el último par de años. Tal vez esta era su única manera de tratar de impedirme tomar malas decisiones debido a mi pasión por los viajes. Algunas personas se habrían dado la vuelta después de este augurio. Habrían tomado como una señal de que algo terrible iba a suceder. Yo no.  Yo lo vi como una película que me gusta…

 Me perdí al tratar de encontrar mi camino por esta ciudad, cuyas calles no parece que tengan sentido. Quería evitar las calles atestadas, pero una de estas era la que yo necesitaba para llegar a donde me alojaba. Mantuve mi mano en mi bolsillo, donde estaba el pasaporte porque eso era, posiblemente, la única cosa importante que tenía en la vida en ese momento. Honestamente, en cualquier tiempo y lugar, todo lo que necesito es un pasaporte. Al final, encontré mi albergue, una cena, un espectáculo de flamenco, etc. Encontré mi camino y elegí tener mis propias experiencias.

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